La compota de manzana siempre ha sido un clásico navideño.
Tras un par de pruebas, he cambiado algunas cosillas, para hacerla aún menos dulzona y más natural. Al final mí me encantó el resultado, porque el membrillo, la granada y la naranja forman un power trio que ni Nirvana. Y puede servir tanto como postre como de acompañamiento.
Ingredientes
Para 4 personas
2 membrillos grandes
6 granadas
1 naranja
1 limón
1 clavo
1 vaina de vainilla
50 g de azúcar moreno
Queso quark o helado de nata o vainilla para acompañar
Preparación
1. Partir las granadas por la mitad. Desgranarlas golpeándolas con una cuchara o pala de madera sobre un bol (ver técnica en este vídeo). Reservar un par de cucharadas para decorar, y triturar y colar el resto para obtener el zumo. Probarlo: si está ácido, entonces no usar después el limón.
2. Lavar, pelar, partir en cuartos y descorazonar los membrillos. Meter la piel y los corazones en una redecilla de cocina, gasa o trozo de paño (si no se tiene o se es torpe por naturaleza, desecharlos).
3. Pelar la naranja, conservar la peladura y exprimir el zumo.
4. Poner en una cazuela los trozos de membrillo, el atadillo de pieles y corazones, el zumo de granada, la peladura de naranja, su zumo, el clavo, la vainilla cortada longitudinalmente y, si la granada no está ácida, una cucharada de zumo de limón. Cocer a fuego suave unos 20 minutos, o hasta que el membrillo esté tierno. Es posible que el hervor haga algo de espuma marrón; si es así, retirarla con una espumadera o cucharón.
5. Sacar los trozos de membrillo y continuar la cocción del líquido hasta que quede una textura de sirope ligero. Quitar las pieles y los corazones, exprimiéndolos bien para que suelten todo el líquido. Desechar la piel de naranja, el clavo y la canela. Devolver los trozos de membrillo a la cazuela. Hasta aquí se puede hacer con antelación.
6. Calentar un poco el membrillo hasta que estén templado. Servir con queso quark o helado, el sirope de la cocción y los granos de granada reservados por encima.